Qué son las tierras raras, materiales clave para fabricar móviles, microondas o molinos eólicos
José Mangas Viñuela
«En el oeste de Fuerteventura, desde Amanay hasta el campo de tiro de Pájara; en el norte, en el barranco de Esquinzo, peñón Blanco o barranco de La Cruz». En todos estos enclaves son en los que el catedrático de la ULPGC José Mangas ha hallado concentraciones de tierras raras en los trabajos que ha desarrollado desde los años 90. «Las tierras raras son quince elementos de la tabla periódica, los lantánidos, que en griego significa los escondidos», a los que se suman «el escandio y el litio» para conformar el club de los deseados. Se encuentran en «en todas las rocas, en la encimera de una cocina misma», continúa. Lo que marca la diferencia es su nivel de concentración. Diferentes procesos geológicos provocan el incremento de su presencia. A estos se suman los llamados «minerales críticos», detalla José Mangas, porque son «escasos, presentan riesgo de suministro y tienen un alto valor económico», caso del zinc, cobre, cobalto o arsénico, entre otros. En los trabajos de campo desarrollados en Fuerteventura se han encontrado unos ocho kilogramos por cada tonelada de material extraído. «En Groenlandia, Suecia y Finlandia hay 20 kilos o más», detalla el catedrático al hablar de los países europeos que más tienen. Es decir, la aportación del Archipiélago al nuevo rumbo que quiere marcar Europa sería significativa, pero el rol protagonista estaría reservado a otros. Eso si no aparecen grandes descubrimientos en las islas que restan por explorar. «Queda mucho trabajo por hacer, pero no se invierte el dinero que hace falta», lamenta Mangas
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